Cuando te sientas en profunda angustia y amargura, habla sinceramente con Dios sobre tus sentimientos para dejar salir tus frustraciones. Si expresamos nuestros sentimientos a Dios, podremos manejarlos sin estallar con palabras duras y acciones, posiblemente hiriendo a otros y a nosotros mismos. La próxima vez que las emociones fuertes amenacen con abrumarte, exprésalas abiertamente a Dios en oración. Esto te ayudará a obtener una perspectiva eterna de la situación, capacitándote mejor para lidiar con ellas constructivamente. Lectura: Job:7.11 ……♔Sαrα