La oración eficaz

la oracion eficaz

Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. Lucas 11:1

El pedido de los discípulos fue desconcertante.

No era un grupo de ateos incomodados por la oración.

La oración pertenecía a su cultura judía, era cosa de la vida cotidiana.

La petición no era porque Jesús oraba; más bien por cómo oraba. Su lenguaje era un idioma extraterrestre, diferente,  venía del cielo.

Por primera vez supieron que sólo orar, no basta. Había que ascender a un nuevo nivel de oración. Hoy en día, la necesidad es más seria.

¿Podríamos pensar que hay demasiado silencio en el cielo porque lo cristianos casi no oran?

Esperemos que no sea así.

Aunque para algunas personas, la oración les es como un extinguidor: solo para usarse “en caso de emergencia”.

Así como los discípulos, necesitamos a Jesús para enseñarnos a orar.

La oración es tan simple que el niño más pequeño puede orar, pero es tan grandiosa que el hombre más poderoso de Dios, no puede decir que realmente han dominado la oración.

Es en la oración que las promesas esperan su cumplimiento. Jesús no habló mucho de lo que se necesitaba para predicar bien, pero sí reveló cómo se debe realizar una oración poderosa.

Para saber cómo hablar con Dios es más que saber hablar al hombre.

Nuestra mayor necesidad es simplemente orar y orar más y más.

La oración del Padre Nuestro es el modelo de todas las oraciones. Contiene las peticiones esenciales para la oración y la vida de un verdadero cristiano.

Podemos hacerla nuestra y usarla de modelo, y levantar nuestras propias oraciones, recordando que, en el Nombre de Jesús, llegarán al corazón del Padre. 

Padre, enséñame a orar. Sé que dependo de ti cada día, y con confianza puedo pedirte lo que necesito. También doy gracias por Tu perdón, dame a mí ese corazón que perdona. Amén.

Ptor David Passuelo