No temeré mal alguno

No temeré mal alguno

Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo.
Salmo 23:4

Temor al mal

Cuando David escribió el Salmo 23, vivía en comunión con Dios.

Agradecido, declaró: “Tú estarás conmigo”, aunque tenga que caminar “en valle de sombra de muerte”.

En su juventud David pasó por momentos muy difíciles.

El rey Saúl, su suegro, quería matarlo porque temía que David subiese al trono en lugar de su hijo Jonatán.

¡Pero Dios velaba sobre David! Mientras huía de Saúl y de sus tropas, escribió numerosos salmos, en los cuales expresa su confianza en Dios.

Estos poemas fortalecen nuestra fe aún hoy.

Dios también dijo al profeta Jeremías: “Yo estoy contigo” (Jeremías 30:11).

Lo ayudó durante toda su vida.

Lo liberó de situaciones terribles, sobre todo cuando hombres influyentes quisieron matarlo porque había anunciado, de parte de Dios, la toma de Jerusalén.

Dios animó a Jeremías: “Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelearán contra ti, pero no te vencerán;

porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte” (Jeremías 15:20).

Jeremías sabía que no podía contar con los hombres, por eso se apoyó solo en Dios y experimentó su ayuda,

incluso cuando lo echaron en la cárcel injustamente por haber sido un testigo fiel.

Entonces escribió: “Mis enemigos me dieron caza como a ave, sin haber por qué; ataron mi vida en cisterna… aguas cubrieron mi cabeza; yo dije: Muerto soy.

Invoqué tu nombre, oh Señor, desde la cárcel profunda; oíste mi voz…

Te acercaste el día que te invoqué; dijiste: No temas” (Lamentaciones 3:52-57).

¡Dios estaba con él! Nosotros también podemos decir: “Tú estarás conmigo”.

Porque con Cristo somos mas que vencedores.

Romanos 8: 28-39

Más que vencedores

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas

 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito:

    Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
    Somos contados como ovejas de matadero.

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,

 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

.👑 Silvina