Tu ; no te metas con mis hijos….

Una hermana  dolida y decepcionada me relataba la impotencia e indignación que sentía cada vez que su pareja la excluía en asuntos de crianza de sus hijos, habidos en su matrimonio anterior. El marido atribuía exclusiva competencia a la madre biológica (ex esposa), y no a la actual pareja. Es inaceptable que desvincules a tu actual pareja de la crianza de tus hijos, por el solo hecho de no ser madre/padre biológicos, porque de ser así, tampoco reclamarle ninguna atención hacia ellos. Todos sabemos que la mayoría de los padrastros/madrastras cumplen roles y funciones significativas en la crianza de los hijos, y por lo tanto merecen respeto y autoridad, frente a ellos. Nunca le desacredites.

El vínculo consanguíneo no es lo más importante, sino la presencia, el cariño, el esfuerzo y la dedicación, aspectos que algunos padres biológicos lamentablemente no cubren. En tal caso, quien reúne más méritos para trazar lineamientos y normas para la crianza ¿el ausente o el presente? Y aun cuando los padres biológicos cumplan sus roles, también los padrastros/ madrastras merecen su sitio como tales, pues seguramente aportan mucho a la relación de pareja, son figuras presentes y favorables en el hogar. Por otro lado, estos roles deben ser asumidos progresivamente, con respeto, ganándose el cariño y la amistad de los hijastros antes de aplicar medidas disciplinarias e imponer normas hogareñas.

Conozco casos lamentables de poca comunicación y trato, excepto a la hora de amonestarlos y castigarlos. Antes, hay que compartir como amigos, ponernos en su lugar y tratar de comprenderlos, mostrar tolerancia aunque percibamos sus errores, controlar nuestros impulsos en momentos difíciles, en clara señal de madurez. Hay que ganarse a los hijastros. Recordemos que somos “paracaidistas” ante ellos cuando convivimos con su madre/padre. No necesitamos poses especiales ni renunciar a nuestra autenticidad para hacernos amigos de ellos. Basta mostrarnos respetuosos, interesarnos en sus sentimientos y necesidades, compartir sus inquietudes y apoyarlos en todo aquello que les favorezca, siempre y cuando reúnan méritos. Incluye a tu pareja en la crianza Nunca le digas a tu pareja “no te metas con mis hijos, pues tú no eres su madre/padre biológico”.

Tu pareja es la persona tu que amas, que comparte contigo todo, que te apoya, que se esfuerza en satisfacer las necesidades de la familia, tienen proyectos comunes, se complementan mutuamente, es tu mejor amistad y te acepta incondicionalmente y brinda amor ¿cómo puedes -entonces- excluirle de la crianza de tus hijos? Quien excluye a otro, también renuncia a sus derechos. Si apartas a tu pareja, tampoco debes exigirle nada.

Y si tu pareja está siendo injusta(o) con tus hijos, soliciten ayuda , recuerden siempre que tengan a Dios en medio de ustedes siempre habrá solución . Se justifica que intervengas y le desautorices solamente cuando los maltrata psicológica y/o físicamente. Los modelos de crianza, en todo caso  deben ser vistos antes del matrimonio, ambos deben basarse en la biblia la cual les enseña el modelo perfecto de encaminar a los hijos. Si tu pareja no acepta el modelo bíblico entonces no es apta/o para formar tu nueva familia. En resumidas, el modelo de cómo criaran los hijos deben estar en acuerdo.  Los diálogos en privado son necesarios cuando compartimos responsabilidades con hijos menores sean o no biológicos. ¿Cómo puedes reclamarle responsabilidades en la atención de las necesidades de tus hijos, si le excluyes de sus derechos en la crianza? Aun cuando los hijastros no convivan en la misma casa, igual deben respetar a la nueva/ figura parental. ¿Cómo te sentirías si te desautorizaran al intentar aplicar medidas correctivas, por no ser figura consanguínea?

El efecto es negativo. Nadie es menos que nadie. Se debilita la comunicación, la autoestima, la unión familiar y deseo de acercamiento. Frente a los desacuerdos en modelos de crianza  busquen  Orientación  de Dios , aun  consejo pastoral si no pueden solos, pero no se excluyan ni desautoricen mutuamente. Ello incide en el bienestar y armonía matrimonial y familiar. Si percibes un trato desfavorable hacia tus hijos, y te duele, es comprensible que reclames, pero la exclusión no es recurso sano, sino enfermizo. Tus hijos biológicos son propiedad de Dios , ni siquiera tuyos, y están bajo la protección y tutela de los padres y/o adultos que comparten el hogar. Si no te sientes emocional y psicológicamente listo(a) para compartir la crianza de tus hijos con otra pareja, no te comprometas ni te involucres sentimentalmente con nadie. Si crees que únicamente los padres biológicos tienen derechos… estás errada(o). Mantén tu soltería o separación. Tus hijos también desacreditarán a todo aquel que tú desautorices. Crees que así puede funcionar una relación sentimental? ¿Qué te mereces tú, si fueses esa madrastra o padrastro? Ser ignorada(o)? respetada(o)? Entiendo que tales roles son difíciles, pero una vez que tú amas a una pareja con hijos, asumes automáticamente responsabilidades y derechos. Esto es válido para quienes se involucran sentimentalmente con nuevas parejas, teniendo hijos de matrimonios anteriores.

♔Sara